Abre la ventana, como si cualquier cosa,
mira a ninguna parte, porque no ve.
Enciende la radio, pero no oye,
poco le importa, si no va con el.
La corbata le oprime, tampoco siente,
desayuna rutina, mojada en café,
Se encoje de hombros, es por costumbre,
baja las escaleras... son menos diez.
Abandona la casa y ya frunce el ceño,
se delata a si mismo, quien no tiene un sueño.
Fotografía, Google.