medio enamorado, pues yo,
era feliz teniéndola cerca
Me estaba mirando y en su cara seria
creí ver muy claro que tenía problemas
Contemplé su pelo, ¡que brillante era!
del color del oro, rubio,
como el trigo tendido en la era
La miré a los ojos, ella estaba inquieta,
como preguntando si yo conocía
también su problema
De pronto me dijo: ven, hazme un poema,
que quiero escaparme,
que deseo evadirme y olvidar las penas
Contesté que sí, y al darme las gracias
me sentí halagado al verla contenta
Y la examiné. Era muy bonita,
de verdad le dije que estaba muy bella,
en aquel momento me hubiera gustado
hacer el amor cuando ella quisiera
No pregunté nada, tan solo pensé
cual sería el motivo de aquella tristeza
¿como era posible que aquellos ojazos
miraran con pena?
Fui observando a ratos, sin que ella me viera,
y llegó a intrigarme su preocupación,
su cara tan seria
Por verla feliz me puse a escribirle
un pobre poema, que no dice nada
pero que yo espero que ella lo comprenda:
El amor es dulce, y a veces es pena,
es, todo alegría o todo tristeza,
dar felicidad sin esperar nada a cambio de ella
Es, sentirse libre y es estar atado
sin que haya cadenas
Es, ¿como diría?, es luchar por todo
aquello que sueñas,
Es romper los muros que a ti te separan
de aquella persona que tú más deseas,
es, sin duda alguna la mayor riqueza
Es sentirse a gusto con quien eligieras
y que al darle un beso sientas que tu pecho
late con más fuerza,
es, sentir que es cierto todo lo que sueñas
que cuando te abraza se incendian tus venas
Algo tan hermoso que es afortunado
quien ya lo posea
Si en algún momento tienes que elegir
entre ser muy rica y a cambio de serlo
que nadie te quiera
Prefiere sin duda,
ser rica en amor
y pobre en monedas
a. jurado