Paso más de una semana lejos de mi hijo, es mucho tiempo sin escuchar su voz, sin sentir sus caricias. Deseo tocarlo, cuidarlo, decirle que lo amo. Cada vez que me voy, siento mi pecho oprimido, resentido y angustiado. Puedo ver como sus ojos se van opacando poco a poco, tristes y confundidos. El me necesita, se que le duele tanto como a mí. Pero no puede entenderlo, es muy pequeño para aceptar que en la vida hay que hacer sacrificios.
Si pudiera olvidaría los compromisos absurdos, las responsabilidades innecesarias, sería menos egoísta, ¡entonces seriamos felices! Pero aun nos queda un largo camino por recorrer, nuestra vida apenas empieza y debemos superar muchos obstáculos juntos. Todo sería más sencillo si no estuviéramos solos…
Le dijo María Eugenia a la niñera, entre lágrimas y lamentos. Hablaron por más de dos horas en la cocina, mientras se tomaban un café, la niñera se limito a escuchar atentamente. Cuando maría se paró de su silla, esta solo alcanzo a decir-yo también soy madre soltera señora y cuando usted se va y yo me quedo también paso una semana lejos de mis hijos. La entiendo perfectamente, la vida no es fácil. Todo sería más sencillo si no estuviéramos solas.