Arenas cayendo en medio del corsé, entre la cintura frágil de su ruta, exponen a grito pálido y reseco una verdad hambrienta de víctimas, al borde las víctimas de su camino.
Pronuncian, vocal y consonante, la guerra perdida para todos. Correa y cintura, útero y cintura, palabras y cintura; y todo el camino resulta cuesta
a
b
a
j
o.
- Indefectiblemente, se cierran las opciones -
((( Y no habita escala o gradería para burlar la forma que desciende. )))
Se está cumpliendo el pacto,
ante el abrir misterioso de las puertas.
Y aquellas puertas que baten
el aire pedregoso de la oscuridad,
poseen una pista indivisible
sin retorno ni escalera de escape,
sin escala o gradería
para elevar la triste sustancia de
aquellos que se marchan.
Y aquí estamos los otros, los demás, lacónicos y enmutecidos
por si acaso encontramos el volver (o la manera de volver),
el camino, la puerta, la escalera y la sustancia,
la pista divisible,
el aire pedregoso.
La oscuridad,
las vías para romper el corsé,
la libertad de las arenas,
- el desierto -
un adiós y un quién sabe
(((y luego de eso, quién sabe.)))