Si pudieras mirar hacia adentro
desandando cada rincón de tu vida
hallarías acurrucados todos mis deseos,
esos que de a poco
terminaron siendo nuestros.
Largas caminatas por la playa
con el mar acunando nuestros nombres,
noches de entrega absoluta
cumplida en rituales perfectos,
besos tibios, húmedos,
como denso jarabe ambarino
y mi cuerpo convertido en vasija
recogiendo tus aguaceros...
Si miraras hacia adentro y te detuvieras allí
entenderías la dimensión de mi amor,
la sutil vanidad de mi alma cuando te mira
henchida de besos y postrada a tu lado
Sabrías que mi azul se entregó vencido
y que lejos de ser un fracaso
es mi mejor victoria,
la que me libera para cederte
cada parte de mi cuerpo...
cada increíble y demencial
centímetro de mi piel