Y dejó de amarle cuando reconoció el engaño,
vistiendo de luto su joven alma,
empeñando sus sueños de niña enamorada.
Su zapato de cristal se rompió
y en la escalinata se quedaron los pedazos,
dando por finalizado el cuento de hadas.
Sabemos, del otro zapato, que aún lo guarda,
junto a los harapos desgarrados de su corazón,
usándolo de florero, donde la flor de su amor pereció.
Adiós al zapato de ésta cenicienta,
bella fue la flor que la acompañó
y triste la historia que sin perdices se quedó.
vistiendo de luto su joven alma,
empeñando sus sueños de niña enamorada.
Su zapato de cristal se rompió
y en la escalinata se quedaron los pedazos,
dando por finalizado el cuento de hadas.
Sabemos, del otro zapato, que aún lo guarda,
junto a los harapos desgarrados de su corazón,
usándolo de florero, donde la flor de su amor pereció.
Adiós al zapato de ésta cenicienta,
bella fue la flor que la acompañó
y triste la historia que sin perdices se quedó.