Alzaba la botella, como un cáliz,
sonaba Camarón, por peteneras,
la barra americana, un santuario,
lloraban junto a él, las camareras.
Seis días, le duró la borrachera,
sumados a los dos del velatorio,
semana y pico de homenaje,
y no conserva, ni el recordatorio.
Dejaron la legión, el mismo día,
librándose de un consejo de guerra,
la cabra, declaraba a su favor,
aún sigue enamorada y les espera.
No se dejó ni uno de los bares,
se hizo el "vía crucis", solateras,
en cada paradita, el mismo brindis ,
! peazo de cabrón, que bueno eras !
Fotografía, Fab Llanos.