Presiento, que a la hora de las brujas,
la noche, va a pillarnos al descuido y
en uno de esos momentos de locura,
intentará juntar, mis labios con los tuyos.
Que querrá ir más allá y a mis torpes manos,
les dará la gracia, el don del alfarero y
pretenderá, que las deslice por el barro,
de arena limpia y agua clara, de tu cuerpo.
Pero aún habrá más, vendrá una luna,
grande, casi tanto como el cielo y
entre su luz, mi deseo y la fortuna,
harán que sea real, lo que presiento.
Muy mal, se me tendrían que dar la noche y la fortuna,
si de entre todas mis quimeras, al menos, no cae una.
Vicente Amigo.Fotografía, Google.