Tecleando cuentos nace con alegría, los primeros relatos son
de mi marido, Víctor Iglesias y muestra a un hombre que escribe sobre otros.
Pero desde el 24 de junio de 2012, se ha convertido, aunque hay cuentos de
otros personajes, en un diario de mis sentimientos tras la pérdida de Víctor.
Había pensado en borrarlos porque todos son reiterativos y
demasiado tristes pero, quizá, algún viudo o viuda, busque saber qué se siente
cuando los días transcurren y quizá, sea
bueno dejarlos ahí, quién sabe si pueden, algún día, ayudar a alguien.
Van a ser cinco años y casi medio desde que Víctor Iglesias
murió. La vida de quien tanto ha querido a otra persona que desaparece, como
todos, en un instante, es casi la de un zombi porque vive, la naturaleza es
demasiado fuerte, y muere, cada minuto está medio muerto, su vida ya no tiene
un sentido.
No puedo negar que, para todo el mundo, cinco años es un
período suficiente como para rehabilitarse, recuperarse, pasar página y seguir.
Pero… ¿quién es capaz de enjuiciar lo que uno debe sentir o no?
Cumplo cinco años escribiendo sobre las sombras de la vida y
ha llegado el momento de escribir algo sobre sus luces. Será un reto, porque es
más difícil, pero lo intentaré.
Abimis 2