En medio del pecho
vibran tardes de cuerpos,
memorias
en teatros vacíos
sin huella
en la fiesta de la intensidad.
Cuando declaré
habitada la inocencia,
aprendí a descifrar
el vértigo de tu boca,
sumergiéndome
libre con peso
ligero sobre el mar,
flexible
en proporciones incalculables.