Cuando pienso en buscarte,
pero sigo a pie quieto.
Cuando siento mis manos palpar tu dolor,
pero no muevo un dedo.
Cuando sueño y no intento,
elevarte en un vuelo.
Cuando involucro el gesto,
en pasados inciertos...
... me transformo en desierto
... Y la aridez de mi alma
se retuerce y enreda,
perforando paisajes; cortándolos con fuego.
Si al inspirar te niego,
al expirar congelo el deseo,
y ateridos mis ojos
visten de inviernos viejos.
Me desdoblo y se escapa mi espíritu
a los cerros, donde mana tu sangre...
... y beberte es mi alimento
Y mi otra mitad, un hueco
cavidad uniforme,
donde el silencio es silencio.
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