Sobre mi mesa, una vela
papeles perplejos,
abarrotados de letras
poemas sin ritmo,
que nadie leerá.
Una llama inconexa
soledades, inercias;
inactividad.
Y tu pregunta al acecho
en la ventana, sintiendo...
Un hueco enmarcado,
el alma en el cuerpo
la luz en los ojos,
el aliento en los versos
la rima en el viento...
... un poema, sin más.