sentados en una esquina
golpeadas las almas
juntas las manos
los ojos perdidos en la noche
por momentos sus labios se unían
como buscando un rescate
existiendo para no abandonarse
fundiendo sus fuegos
fragilidad no fertil
de ardor y pasión
creyendo en un viaje
hacia montañas intocables
en donde un adiós
sea la revelación