Hartos estamos pero como artaud soñamos
hartábanme los que se empeñaban
en medirse el ojo ciego del rostro maniqueo
ataúd aúd aúd aúd aulla mi lobo en la noche aúlla
en la noche negra y en el día aúlla
y en al sangre aúlla aunque lo golpees
aúlla y sus palabras perforan la sangre
el cuerpo, la piel y la mente
Harto y harta y artaud de las pisadas
que no dejan huella
de esas palabras que madre no tienen
en el silencio y en el exilio
en el páramo desolado
mi silencio los mira
y mis palabras les sangran