Tener las manos incendiadas
para alumbrar la noche,
como flores encendidas
por miles de luciérnagas
que poblaran la colmena;
llenarlas de versos y caricias
cada amanecer,
colocar la antorcha de la
amistad
amistad
en todas las esquinas de la
tierra.
tierra.
Sueño breve, ajado entre las
manos
manos
crispadas de una poeta,
Vagando
errante por las cornisas.
errante por las cornisas.