Es duro el trabajo de los viejos cadáveres,
es duro el trabajo de los sísifos de la muerte
es duro el trabajo de los que vuelven
de la tormenta y el exilio
es duro volver de una temporada en el infierno
es dura mojarse sobre mojado
es duro
arrastrar de día el carro de las marionetas,
de noche; en medio de la nada
y ser una de ellas, otra de ellas
mañana, cuando abran los ojos ciegos
para no ver
que la bailarina de cuerda danzando entre ellas
mueve ella misma la rueda del samsara.