Me gusta escribir y,
ahí te tengo siempre a ti,
Eres mi inspiración más directa,
y, conocida.
Sentía frío dentro de mí.
Pero tú me arropaste con calma,
Sin pensar en nada.
Sólo que estábamos ahí.
Dos almas fundiéndose en una.
Desde el uno al otro confín.
La llama que estaba apagada,
Se encendió para ti y para mí.
Fuiste ilusión,
Que se cumplió.
En las mareas de la vida,
Que están aquí.
La oscuridad se marchó.
Y apareció el Sol en ti, y
contigo, para regocijo mío.