En aquél bosque invadido por la vida
irrumpía con todo su esplendor
la estación de la fantasía y el amor
la siempre esperada primavera
Y cada ser viviente de aquél bosque
fuera el que fuera,
desde los reinos vegetal o animal,
latiendo y al unísono con la tierra
al celebrar la esencia de la vida
todo lo parecían impregnar
de colores,de sonidos y alegría.
El ruiseñor regalandoles su canto
el jilguero que se le une a la par
y no falta la calandria mañanera
que no se queda atrás.
Y en lo alto en su pequeño nido
una paloma que en quieta soledad
con su tímido canto,
dejaba escapar suave arrullar
Y el aire tan lleno de alegría,
prestóse solícito en sus alas
por otros bosques y otros cielos a llevar
aquél mélancólico gemido
que parecía escapar de su arrullar
quizas... aquél... palomo lo escuchara...quizás...Y mientras tanto en el bosque continuaba
el dulce celebrar
el concierto que año a año se repite
y que la madre tierra bondadosa,
generosa insiste en regalar.