Observando tantas veces tu ademán
Fuí a fijarme en su sabroso carmesí,
Se acercaban y alejaban de tu mano
Y acabé por desearlos para mí.
Si vieras cuando llevas a tus labios
Un cigarro, la envídia que me da,
Al pensar que los míos los desean
Y en cambio me los niegas sin cesar.
Y el cigarro, que ni siente ni piensa
Se lleva su dulzura angelical,
y mis labios se sacan lentamente
Sin la miel de los tuyos que probar.
Igual que unas monedas van de paso
Aunque nunca se quedan a vivir,
Sigue siendo como entonces mi deseo
Besarlos tiernamente y ser feliz
a. jurado