Tu caminar hipnotizó mis ojos solteros,
y esta noche sos la culpable de mi develo.
Ojos oscuros como el cielo cuando el sol está en su cuna,
y boca profunda que solo Dios sabe qué oculta.
Chica chic que más de 1000 pulsos levantas,
no puedo parar de soñar con robarte un beso a ti.
Ese cabello que tú tienes, negro azabache,
lo quiero en mi cama de historias y baches.
Más de una pregunta justo hoy me has hecho,
y yo sólo, frente a ti, me he quedado perplejo.
Solo espero que esa hermosa sonrisa
que inspiraron estos austeros versos,
tengan como mínima recompensa,
que mi boca sea digna de recibir tus fogosos besos.
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martes, 10 de mayo de 2011
Ladrona de miradas
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