“Nada que decir”:
Cuando dejó de hablar
apenas tenía palabras,
ni palabrejas de esas
que dices cuando
no tienes nada que decir
y mucho que sentir.
Levantó un pie
con la intención de andar
a donde habita el olvido
y se olvido de no dejarse
atrás el segundo.
A veces enciende el fuego
sobre la tierra de las ideas.
A veces enciende el tengo
que beberme lo que no quita la sed.
A veces, muchas veces, espera
que las estaciones lleguen solas
y que el frío se pierda
en los bosques de enero
y no en los de abril.
(Dedicada a Susana y a Nuria... y a quienes la vida les pasó puertas a dentro como entra a veces el aire frió... sin quererlo, y menos aún, desearlo.)
Luis Inédita - 27 de octubre de 2003