Apariciones

Publicado por Jana de Luque Rozas

La vieja olía a vapor y yo a perfume caro,
denso, romanizador,
como ponerse tacones
supeditando mi carácter a la apariencia,
poseiéndome por otra.

La vieja seguía exudando vapor,
se desvanecía entre las manecillas,
se resbalaba por la covadonga del pasamanos
y bajó del autobús envuelta en un arruga,
acuosa, parecía no caminar por la acera, sólo buscaba un corredor por el que pasear.

El autobús, tan azul como de costumbre abordó el tunel como en una inmersión y en la próxima parada me bajé,
no había peces
sólo personas y ese olor a sal sobre el que circulan rumores.

Caminé como siempre más de lo esperado,
con mi perfume caro despidiéndose como un pañuelo, con el sombrero imaginario y rosa que hubiera querido y me descalcé sobre la pradera que sostiene el ayuntamineto que a veces es gris y otras se tiñe de blanco.

Esperé con su vapor, con mi perfume y mi sombrero sin mis zapatos,
con mi escaso tiempo,
hacía sol o era de noche no recuerdo bien
el frío sólo pudo despreciarme con tu llegda.