En el centro más perfecto
de mi propia imperfeccion,
allí donde lo sutil se vuelve explícito,
donde la vehemencia es lo habitual,
hay rumores de cuerpos rozándose,
hay piernas, brazos y besos
entonces quiero...
deseo...
te conmino a que descubras
mi turbación mas oculta
Será que es tiempo de despertar,
de dejar en un costado del alma
la desazón y el titubeo,
de tomar por sorpresa a mi propio yo
y exhortarlo a salir del coma profundo
Será ese tiempo ya...
pero si aún no ha llegado
y esa voluntad sigue caminando a ciegas,
es hora de tenderle una mano,
de agitar la tregua y acortar distancia
Es hora ya...