Con sus manos ha llamado
a la puerta de la vida,
sin palabras nos habla,
con gestos se identifica.
A entrado en la vida,
indefenso de realidades,
sin conocer las verdades,
que le marcaran su desdicha.
Pobre e inocente,
rayo que perdura,
conociendo la vida dura,
sufriendo la dicha.
Con sus manos ha llamado,
a la puerta de este mundo.