Bebe de mí su boca, sorbo a sorbo va deshaciendo mi cuerpo, me voy derritiendo al calor de sus labios, en cada movimiento de su mano me lleva hasta sus besos inacabados, delicadamente me toca y me deja ir, su calor me vuelve a consumir, siento como bebe de mí disolviéndome con su tacto, postrada en su dulce lengua enmascarada con el licor reposo tan sólo un instante, pero mi cuerpo ya no aguanta más su calidez y se escapan gotas de mi, dejándome fundir, infiltrándome en su orgásmico ser, desapareciendo en el camino sin remedio anhelando que nuevamente me vuelva a rozar… ya apenas queda nada de mí, mientras espero un último beso me he vuelto tan diminuta que no me puede percibir.
Termino por ahogarme sin consuelo, sin auxilio y no me lamento, aunque a otras también diste tus besos sin aliento, yo no me quejo, pues me crearon para ti y morí en ti, en mi corta vida así viví, al fin y al cabo que más puedo pedir si siendo cubito de hielo yo fui feliz.