Amo mis noches, solitarias y mudas.
amo el silencio de una alcoba fría,
me siento y contemplo el cielo,
ese techo gris y emborronado
que refleja mi espiritu ,
escabroso reo.
Fustrados por los barrotes
de esa miserable trena,
se escuchan pasos perdidos
de un alma que no dormita
que cuenta con impaciencia
los minutos que ha de quedarse
En mí, felón especimen.