Y si el amor supiera algo de nosotros igual estaríamos
muertos.
Crees que la casa está calma y no te llora cobarde como mi
esqueleto,
correr no me basta, tampoco gritar dónde estabas, huías de
la intemperie,
debiste aguardar a que pasara este vendaval para no
fragmentarte
para fugarte completa y llevar contigo la sarta de recuerdos
salvajes,
te reflejas pronta a la imagen del amor efímero, poco
importa ahora,
llevas descalza la mitad de nuestro tiempo, apestas a tabaco
ajeno,
te escapaste en esos fragmentos y no te importaron tus
motivos de loca,
nos jurábamos juntos porque no habría otra forma de fastidiarnos
la vida,
ahora vuelves sólo para arrancarme cualquier rastro que diga
de lo tuyo,
hablas de nuevas vidas y caminos de flores que te consienten
al paso.
Ahí están tus guantes para el invierno y las medias sucias
y las rotas y las que saben que es hora de que te largues
sin despedirte, las que se han rajado solas porque no te
toco
desde hace semanas, cuando dejó de palpitarte el pecho,
cuando tu espalda era el beso y esté arma de alta traición,
el día que tu corazón se detuvo para mirarme a los ojos,
y mandar a la mierda la mitad de nuestro pasado,
la otra mitad pasabas con las bragas húmedas igual que los
ojos,
cuando amábamos como bestias bravas y compartíamos la rabia.
No sé si fui yo al que mataron
o fui la bala que salió a matar,
Justo sonó
el despertador programado a tu llegada,
fatigada de
las manos, como si llevarás agua bajo
las faldas,
y tu boca y
tus piernas y toda el alma huelen a viento,
y a
catástrofe, a incendios descontrolados, a paraísos descoloridos
te he
mirado a detenimiento y estoy seguro que hiedes a culpa,
mira estas
palmas igual de putas sudan y sangran sin detenerse,
y la
cargada que llevo por amor se ha venido en vano,
se acabó la
luz del siglo que juramos después de invadirnos,
era tu sexo
como un Dios perenne que no sabía de la carne
era una
magnolia en la que discutía horas enteras sobre el milagro,
y tú
lactabas hasta borrar el blanco de mis ojos, era tu sitio, lo fue.
Cuando el
amor vino por nosotros ya estábamos muertos.