a mis trompas de eustaquio instigaba mi garganta con argumentos de lo que tuvo que tragar.
-"Pero si aun puedes quejarte"-(le digo), "es que no ha sido para tanto".
El otro dia me encontre con un amasijo de hierros que me sonaba
-"Quien eres pregunte"
su latido sonó
... y simplemente lloré.
Le doy la razon a las termitas de mi metrónomo
un poema no suena si se escribe
sino cuando se caga o cuando se vomita.
Intento cambiar en los astilleros
el cemento de mis pies por plomo.
No se si espero que seas feliz
lo que si. Es que sea sin mi.