Había una vez, en un reino muy lejano, una princesa llamada “Idad” que vivía en su Castillo Real.
Allí la princesita tenía que convivir con los dos nobles más egoístas de la región llamados Lemas y Prob. Aunque ella tenía un corazón dulce y bondadoso, no le alcanzaba para lidiar con esas personas de la alta sociedad. Estos dos chicos eran engañosos, enredadores, pesados, y por sobre todo ofuscos.
Ante una acumulación de diversas tretas que les hacían estos dos nobles, Idad recurre a los consejos de una bruja de palacio porque ya no los soportaba más.
La bruja le recomienda empezar a vivir de otro modo y le enseña en un lienzo, un dibujo comentándole lo siguiente:
- Idad, este dibujo es un mapa de una tierra de alegría y paz, llamada “Fantasía”, si puedes ver el camino será tuya para siempre-. Pero la princesa solo podía ver manchas negras. La bruja con paciencia y delicadeza le indica que se aleje unos pasos hacia atrás e intente de nuevo. La princesita al alejarse y mirar desde otro ángulo distinguió por fin el camino que la conduciría a esa tierra prometida.
Y así… nuestra Princesa Real Idad fue a vivir a su Fantasía lejos de Prob y Lemas, gracias a que pudo ver el camino mirando desde otro ángulo.
